La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a la salud sexual como un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Para lograrlo considera vital entre los profesionales de la salud un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales. La definición busca facilitar que los individuos logren experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.

La evidencia científica indica que una sexualidad satisfactoria beneficia a las personas e impacta favorablemente en la calidad de vida. Pero a pesar de ello, la evaluación de la salud sexual suele ser frecuentemente dejada de lado en la consulta médica. En ese sentido, un estudio español reciente establece que el 98,6% de los médicos de familia considera que la esfera sexual es un componente importante en la salud de las personas. Pero menos de la mitad (40,6%) registra a la salud sexual del paciente en la historia clínica. Las principales razones esgrimidas por los profesionales son: la falta de tiempo y la escasa formación en este tópico.

Se interroga poco acerca de la salud sexual de los pacientes

La pobre evaluación de la salud sexual en la practica clínica ha sido relacionada con diversas causas. Pero en gran medida se debe a un escaso interés por la sexualidad en la mayoría de los planes de formación. Eso genera limitaciones en los profesionales para abordar estos aspectos íntimos y privados de los pacientes, e instaura la creencia de que no se disponen de terapias eficaces para las disfunciones sexuales. Otros factores que se destacan son: el temor de los médicos y médicas a ser malinterpretados y el miedo a ser juzgados de manera negativa por pacientes o colegas.

Algunas investigaciones establecen que los profesionales de la salud difícilmente sean quienes inicien el diálogo acerca de estos temas. Está instalado en la práctica clínica que el paciente es quien debe preguntar y el médico o médica eventualmente responder. Lo citado generalmente ocurre en especialidades tan diversas como la cardiología o la oncología.

Los pacientes tampoco consultan acerca de su salud sexual

A pesar que la mayoría de los pacientes también consideran a la salud sexual como algo importante, tampoco suelen preguntar demasiado durante la consulta. Según algunos estudios, parecen sentirse más cómodos, o cómodas, respondiendo preguntas. Así lo refleja, por ejemplo, un trabajo realizado durante 2020 en Uruguay. Allí participaron 128 pacientes sobrevivientes de cáncer de mama. Cerca del 90% manifestó que más que preguntar por si mismas, le gustaría que fuera el o la profesional quien las interrogue. Finalmente, solo el 40% reconoció haber hablado en algún momento sobre su vida sexual con algún médico o médica tratante.

Los pacientes también manifiestan temores a la hora de plantear aspectos de la intimidad sexual. Entre otras cosas existe el miedo a ser juzgados o que la necesaria confidencialidad resulte vulnerada. Por supuesto también en ellos influye la desinformación y la falta de atribución de algunos síntomas, o signos, a trastornos de la esfera sexual.

Mejorando la comunicación

Los expertos, en sintonía con la definición de salud sexual de la OMS, consideran que la comunicación con el paciente debe estar siempre guiada por el sentido de la oportunidad. Es fundamental para el o la profesional poder conversar con naturalidad acerca de la salud sexual y demostrar siempre empatía. La escucha activa, el cuidado del lenguaje no verbal y la ausencia de juicios de valor, son otros de los requisitos necesarios para abordar estos temas.

“La sexualidad en general es una temática de la salud que los profesionales poco abordan fuera del marco de la salud reproductiva”, comenta la Dra. Maya Marini, en una nota publicada con anterioridad en Océano Medicina. La médica especialista en sexología clínica y docente del curso “Salud sexual y reproductiva” considera que la falta de diálogo en la consulta médica resulta contraproducente. “Los profesionales podrían resolver problemas de la esfera sexual de manera simple durante una consulta, sin la necesidad de una derivación a un especialista”, comenta. Pero aclara que para lograrlo se requiere capacitación.