Métodos de fertilización asistida para pacientes oncológicas.
La incidencia de cáncer en personas de entre 15 y 18 años ha sufrido aumentos durante las últimas décadas. Carcinomas, linfomas y tumores derivados de células germinales son las formas más frecuentes de manifestación de esta temida enfermedad en los y las jóvenes.
Por fortuna, la oncología también ha avanzado y los nuevos tratamientos oncológicos permiten alcanzar la curación en un amplio porcentaje de pacientes.
En la actualidad, más del 80% de las/los adolescentes con cáncer, se convierten en supervivientes a largo plazo. Este hecho aumenta el interés sobre los efectos en la fertilidad de quienes recibieron tratamiento contra el cáncer. Los programas de reproducción asistida y las técnicas de criopreservación se convirtieron en una alternativa para las mujeres que requieren preservar su fertilidad.
Alrededor del 40% de las mujeres que padecen este tipo de neoplasia son diagnosticadas antes de los 45 años.
Es indispensable tomar en cuenta que el tratamiento convencional siempre afectará de forma definitiva a la fertilidad y la función ovárica, independientemente de la etapa en la que aparezca el carcinoma cervicouterino. Sin embargo, existen técnicas de reproducción asistida de alta complejidad para la obtención y criopreservación ovular que pueden aplicarse previo al tratamiento oncológico. El oncólogo es quien debe confirmar que la paciente está apta para esta opción.
Las pacientes idóneas son las que se encuentran en etapas IA1, IA2 e IB1. En etapas IB2 e IB3, la evidencia de las ventajas reproductivas potenciales es escasa, pero la tasa de recurrencia y mortalidad por cáncer es baja.
Cuando la paciente se encuentra en etapas localmente avanzadas, no es posible conservar el útero. La alternativa es conservar la función ovárica por medio de la transposición ovárica. Los reportes de preservación ovárica exitosa en estos casos varían entre un 50% y un 90%.
Otras alternativas son: la criopreservación de óvulos o de tejido ovárico o, bien, medios aún considerados experimentales, como el trasplante de ovario o tejido ovárico para recurrir a ellos en el futuro, mediante reproducción asistida, con maternidad subrogada.
Representa la neoplasia ginecológica más frecuente en los países industrializados y el segundo en países en vías de desarrollo. México reportó una tasa de 4.7 casos por cada 100.000 habitantes en el año 2008.
El tipo endometroide, estrógeno dependiente y bien diferenciado, es el de mayor prevalencia en mujeres jóvenes. Suele presentar escasa tendencia a invadir el miometrio y se encuentra asociado a buen pronóstico. Por esta razón, en pacientes con tumores grado 1 bien diferenciados, se puede intentar un tratamiento conservador provisorio, que intente preservar el potencial de fertilidad por un tiempo determinado. Cabe aclarar que la invasión del espacio linfovascular o del miometrio, la existencia de metástasis y/o de tumores anexiales, son excluyentes para recibir este tipo de tratamiento.
El tratamiento oncológico quirúrgico definitivo del cáncer endometrial es indispensable una vez que se haya logrado el objetivo (embarazo) o haya fracasado el intento. Se toma como fracaso al haber transcurrido 18 meses sin éxito para concebir.
Las opciones actuales para preservar la fertilidad se limitan a tratamientos hormonales. Todavía se desconoce cuál es el tratamiento óptimo con progestina y la respuesta al tratamiento puede variar dependiendo de la situación de los receptores tumorales. En tumores positivos a receptores de estrógenos y progesterona, el porcentaje de respuesta fue de 26% a 89%. Cuando los receptores son negativos, el porcentaje de respuesta es mucho menor, de 8% a 17%.
La seguridad de los tratamientos de reproducción asistida en pacientes con antecedente de cáncer ginecológico ha sido motivo de preocupación. Sin embargo, diversos estudios demostraron que la estimulación ovárica no parece asociarse con el incremento del riesgo de recaída. Tampoco los embarazos subsiguientes agravan el pronóstico oncológico. La repercusión de las concentraciones elevadas de estradiol en pacientes con cáncer de endometrio temprano es incierta y se dispone de poca información acerca del protocolo, la duración e intentos de estimulación ovárica.
Algunos estudios efectuados en pacientes con cáncer de mama han demostrado que los inhibidores de aromatasa junto con agonistas de hormona liberadora de gonadotropinas desencadenan la ovulación en lugar de la HCG. La ventaja es que reducen la exposición a estrógenos, así como también la incidencia de hiperestimulación ovárica. El disparo con agonistas de hormona liberadora de gonadotropinas puede resultar en mayor cantidad de ovocitos maduros. Esto significa una mayor cantidad de ovocitos o embriones para criopreservar, en comparación con ciclos de HCG.
Por último, una revisión realizada por la American Society for Reproductive Medicine demostró que a través de la vitrificación y desvitrificación de ovocitos, se obtienen resultados similares a cuando se utilizan ovocitos frescos en ciclos de fertilización in vitro e inyección intracitoplasmática del espermatozoide (ICSI). Tampoco se han observado incrementos en anomalías cromosómicas, defectos al nacimiento, ni alteraciones del desarrollo cuando se compara la incidencia en embarazos logrados a través de los métodos previamente mencionados versus las de la población general.
Batiza RVA, Aguilar MA, Luna RRM, et al. Preservación de la fertilidad: opinión de un grupo de expertos. Ginecol Obstet Mex. 2020.
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