Los proyectos implican el trabajo interdisciplinario del sector empresarial, estatal y universitario.
A nivel mundial, la ingeniería y la matemática han sido dos campos claves en la producción de innovaciones tendientes a establecer estrategias de prevención y mitigación de los daños producidos en el marco de la pandemia de COVID-19. Latinoamérica no es la excepción respecto al tema. A lo largo del continente, se están produciendo varios desarrollos que intentan, por un lado, proteger al personal de la salud, y por otro, proporcionar información a los Estados para que tomen medidas acertadas de salud pública en un contexto de crisis epidemiológica.
Investigadores de la institución educativa lograron desarrollar tres tipos de respiradores mecánicos de bajo costo a través de la iniciativa InnspiraMED, que implicó la articulación entre la Universidad de Antioquía, el sector empresarial y el estatal:
Los respiradores se encontraban en proceso de producción desde el mes de marzo. Esta etapa ha concluido y, actualmente, se está a la espera de la certificación de la entidad estatal de aprobación Invima, que deberá emitir la autorización para su uso.
La universidad de Antioquía ha comenzado, también, un ciclo de capacitación a profesionales de la salud colombianos para el manejo de los respiradores mecánicos. La formación estuvo a cargo de la Facultad de Medicina, en articulación con la Universidad Pontificia Bolivariana, la Universidad Cooperativa de Colombia y el Servicio Nacional de Aprendizaje con sus laboratorios de simulación.
Hasta el momento se ha capacitado a más de 6.000 médicos en todo el territorio colombiano.
La empresa informática Clip-MaaS desarrolló para el Ministerio de Telecomunicaciones de Ecuador una plataforma que permite conocer en qué sitios se registran aglomeraciones de personas o cuántos nuevos casos confirmados de COVID-19 se han reportado en las distintas zonas. El sistema permite, también, dar seguimiento a los pacientes con atención médica. Para acceder a la plataforma, ingresar al siguiente enlace.
De acuerdo con la revista Nodal, el profesor del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IISMAS) de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Gustavo Cruz, adaptó para el coronavirus un modelo matemático que había desarrollado en 2009 para predecir, en ese entonces, el comportamiento de la gripe A (H1N1).
A partir del número reproductivo básico del virus, se estima una cifra que define el promedio de contagiados que provoca cada infectado.
Por su parte, el ingeniero Fernando Avilés desarrolló una novedosa cápsula que puede mantener a un paciente completamente aislado durante su hospitalización.
La cápsula logra volverse hermética gracias a su capacidad para controlar la presión atmosférica. Había sido diseñada, originalmente, para pacientes con enfermedades infecciosas como la tuberculosis o la meningitis pero fue adaptada para poder tratar a los pacientes con afecciones respiratorias como las provocadas por el coronavirus SARS CoV-2.
Actualmente, son utilizadas en centros médicos y asistenciales de todo México.
La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) convocó a sus diferentes grupos de investigadores, quienes en alianza con el empresariado, han diseñado prototipos de equipos de protección destinados al cuidado del personal de salud que participa en la atención de pacientes sintomáticos con diagnóstico de COVID-19.
Estas iniciativas implican la elaboración de cuatro prototipos requeridos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los diferentes centros de salud. Se trata de protectores faciales, cajas protectoras, adaptadores para equipos de ventilación y una membrana especial para mascarillas COVID-19.
Los investigadores que participan en esta iniciativa son los ingenieros Víctor Rosales Urbano, Félix Fermín, Jeanneth Patricio y Santiago Sulca, con el apoyo y orientación del doctor Jorge Watanabe, médico intensivista egresado de la Facultad de Medicina de San Fernando; y bajo la coordinación del ingeniero Carlos Salazar, asesor del Vicerrectorado de Investigación y Posgrado.
La caja protectora de acrílico, diseñada por los investigadores antes mencionados, puede ser desinfectada y transportada de manera fácil hacia los diferentes establecimientos de salud del país, y se caracteriza por su durabilidad, resistencia, seguridad y bajo costo. Según expresó Rosales Urbano, ha sido inspirada en una caja protectora producida por investigadores taiwaneses.
Su fabricación ha contado con el apoyo de la empresa Acrílicos Henry. “La idea es que la empresa la venda a un bajo costo a las entidades de la salud. Además, hemos desarrollado la norma del producto y la difundimos para que cualquier empresa o universidad la pueda producir y abastecer a los centros médicos”, comentó Salazar a Océano Medicina.
El ingeniero Rosales Urbano expresó que otro de los grupos de investigación se encuentra desarrollando prototipos de una camisa inteligente. Contendrá un sensor de proximidad que emitirá una señal cuando alguna persona se acerque al usuario de la prenda por una distancia menor a un metro.
Lucio Ponzoni. Doctor en Ciencia de los Materiales e Ingeniero Mecánico. Investigador Principal de la Comisión Nacional de Energía Atómica- Docente de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
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